Tatiana Surer acumuló ocho años de experiencia enseñando en aulas de grandes escuelas de idiomas. Grandes y tradicionales. Cuando empezó a volar por el mundo, Tatiana ya pilotaba sus clases particulares. Fue durante esta experiencia que ella se dio cuenta de aquello que, más tarde, se convertiría en la esencia de Mundus: diferentes mentes aprenden de formas diferentes.
Las personas tienen distintos objetivos y, por ello, necesitan métodos y distintos caminos para adquirir conocimiento.
Con esta percepción y su bagaje cultural único, ella fundó Mundus Language Consulting. Tatiana cree que cada persona demanda un método y, por ello, cada alumno tiene acceso a un contenido especial.
Además de la cultura y a la cantidad de recursos que ella ofrece en el aprendizaje de un nuevo idioma, facilitar la aculturación de sus clientes se convirtió también en la esencia de su negocio.
Así surgió Mundus: del deseo de enseñar idiomas de una forma que está guiada por la individualidad y personalización.
El contenido y las conversaciones durante los encuentros son pensados para que el alumno salga de las clases no solamente hablando en otro idioma, pero siempre teniendo cosas que decir en otra lengua.
Siempre es bueno tener qué decir.